En 2012, una maestra de jardín de infantes alemana llamada Ina Koenig saltó al pozo de una mina de 75 pies cuando uno de sus alumnos de 3 años cayó accidentalmente en él. El pozo estaba lleno de agua fría, pero Koenig logró mantener la cabeza del niño sobre la superficie durante más de 2 horas, salvándole la vida.