Cuando Beethoven interpretó por primera vez su Novena Sinfonía, uno de sus cantantes se le acercó y le dio la vuelta para que pudiera ver la ovación de pie, ya que estaba sordo y no podía oír los estruendosos aplausos que recibió.
Cuando Beethoven interpretó por primera vez su Novena Sinfonía, uno de sus cantantes se le acercó y le dio la vuelta para que pudiera ver la ovación de pie, ya que estaba sordo y no podía oír los estruendosos aplausos que recibió.